Fantasmas en la facultad de derecho de Cordoba

La Facultad de Derecho de Córdoba es un edificio del s.XIII que comenzó siendo un convento de carmelitas y después fue un hospital materno infantil, hospicio, manicomio, un hospital militar durante la guerra civil de los dos bandos, etc. Se le han dado muchas utilidades porque es un edificio muy grande. Pues bien, este edificio parece estar habitado por un espíritu o varios ESPIRITUS según dicen unos, o por dos, creen otros.

Cuando esta universidad era el Hospital Materno Infantil se cuentan historias de mujeres que fallecieron al dar a luz, de niños que fueron robados tras nacer y de que se ve pasar a una mujer de largos cabellos, rostro blanco, descalza y vestida con un camisón ensangrentado que vaga por los pasillos con una vela en mano lamentándose por su hijo muerto y que se le oye llorar por las noches en la cátedra de derecho penal.

El primero de estos fantasmas parece ser el de un profesor muerto de infarto mientras daba clase. Los testigos lo describen como la figura de un hombre de baja estatura y barba gris que se deja ver caminando con aire pensativo.

Cuentan que una señora de la limpieza, a eso de las
6 de la mañana, subió unas sillas a una mesa para limpiar el
suelo, se giro unos segundos y tras volverse otra vez vio
todas las sillas en el suelo. Huyó de pánico.

He encontrado a gente que cuenta por internet
experiencias propias. Me dice que el encargado de la
cafetería tiene miedo a abrirla si va solo pues un día las
sillas le salieron volando. Esta persona dice que estando
una tarde de primavera en la cafetería, a eso de las 4, a
solas con el encargado de la cafetería, pues su padre que lo
acompañaba había ido al servicio, siente una corriente de
aire frío (las ventanas estaban cerradas) y empieza a notar
que tiran de su silla hasta que lo dejan caer y siguieron
tirando una tras otras todo el resto de sillas. El encargado
estaba temblando y le dijo que era el espíritu del profesor.
Es entonces cuando el padre de este testigo llega muy pálido
de los servicios y les cuenta que estando allí vio aparecer
a un hombre bajito con barba gris y que él le hablaba pero
el otro parecía no escucharle, que después le miró y
desapareció.

<
mi padre y a mí (cuando era pequeña)… mi padre antes
trabajaba de vigilante y lo mandaron a la facultad de
derecho … y mi padre fue y yo tuve que ir con él …
entonces en el patio había un pasillo muy largo con unas
farolas enormes y pasábamos por ese pasillo y se apagaban mi
padre le dijo al hombre de allí que basta ya de bromas y el
hombre dijo que él no había hecho nada… luego en unas
escaleras de caracol que iban cada vez más oscuras había una
muchacha chillando y dando con las uñas en un bañera como si
la estuvieran matando… y entonces dije “va, esto es una
broma” y me senté a dibujar y siento en la oreja un aliento
y tenía un palo y no quería girarme y no había nadie luego
pegué un grito y empezaron a moverse las cadenas de las
cisternas de un lado a otro cada vez más y más fuerte y yo
estaba histérica perdida… luego un cuadro que había de dos
niñas saltando sobre otras empezaron a mover los ojos y
alguien me dio un toque en la espalda y no había nadie .. mi
padre dijo que ya no iba más ahí… y entonces los guardias
avisaron a un hombre que podría adivinar cuántos había y
había unos 25 o algo así ese hombre trabajaba con la policía
y nadie va a vigilar sólo va por las afueras>>.

El otro fantasma del que hablaba al principio es el
de un soldado. Éste es más agresivo pues rompe cristales y
es el que dice “te voy a matar” y cosas así. No es tan
activo como el del profesor y no ha sido muy visto por eso
algunos creen que sólo hay un fantasma, el del profesor, y
que ése es el que rompe los cristales y grita.

José Luis Tajada y Gema Moreno, los integrantes del
programa radiofónico Al otro lado, junto con otras personas
pidieron permiso para pasar allí una noche y se lo
concedieron. La noche del 17 al 18 de julio de 1998 fue la
elegida y les ocurrió de todo: ruidos extraños, muchas
psicofonías, luces que se encendían y apagaban solas, pasos,
hicieron 300 fotografías, las pilas se agotaban, llamadas de
teléfono a las centralitas de la facultad… pero lo más
curioso es que al menos 200 fotografías salieron veladas y
de todas las psicofonías que tomaron sólo quedó una porque
las cintas literalmente se borraron. Tan sólo quedó una y
porque fue guardada en el disco duro del ordenador. Era la
primera que para entenderla había que escucharla al revés y
decía “os voy a matar”.

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